DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
Clara, precisa, concisa y maciza ha sido la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum frente al orate y magnate presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump. La mandataria fue contundente cuando dijo que mientras los gringos ponen las armas, los mexicanos ponen los muertos.
Desde su óptica, para el presidente del país más poderoso del mundo, el problema del tráfico de fentanilo, la migración y el narcotráfico, se puede resolver con imponer impuestos a las empresas gringas, asiáticas y mexicanas hasta en un 25 %, sin medir las consecuencias para México, Canadá y los EEUU mismos.
Por supuesto que para el presidente Trump es la salida más fácil y corta, porque no busca profundizar en un fenómeno estructural de América Latina que arrastra décadas, enormes redes de complicidad y corrupción incubadas desde su producción, trasiego y destino final que justamente se va a los Estados Unidos como principal consumidor de drogas.
Si logra imponer su locura, las economías más importantes de América tendrán serias dificultades, las tres. Ya en el contexto local lo experimentamos y lo padecimos cuando la empresa Ford decidió cancelar su inversión en Villa de Reyes.
Justo por ello, en otro espacio, señalábamos que no solo habría que apostarle únicamente a las inversiones chinas o asiáticas, sino explorar otros mercados.
Que el problema de la migración hacia Estados Unidos es grave, pues sí, – si lo es como tan delicado es el tema de narcotráfico. Solo que los gringos buscan la salida más fácil: “imponer nuevos impuestos para frenarlo”. Por su mente poco clara, no cruza la idea de invertir y fortalecer las economías regionales en sur y centro américa.
Si los gringos tuvieran realmente voluntad, le invertirían en países como Colombia, Perú, Bolivia Honduras, Guatemala y el Salvador, que son países expulsores de mano de obra barata. Es por Centroamérica, por aire, mar y tierra por donde están ingresando miles de armas, drogas y migrantes; ni modo que esto lo ignoren los güeros.
México lo que ha hecho en el tema migratorio es ajustarse a tratados internacionales en materia de derechos humanos y así ha logrado frenar en parte la emigración. Que el problema es altamente complejo y estructural, si, si lo es. Pero no es con las locuras del presidente electo de los Estados Unidos como se logrará resolver.
Que proponer arancel por arancel es una mala idea también lo es, principalmente porque nos estamos enfrentando a un país poderoso en el que México, – sin duda alguna, saldría perdiendo. Lo más sensato es que los negociadores mexicanos en el Tratado Comercial, TECMEC, se preparen debidamente con argumentos y razonamientos válidos para enfrentar el despropósito del presidente electo, incluyendo al gobernador de Toronto.
ENTRE PARENTESIS
En manos del gobernador del estado, José Ricardo Gallardo Cardona, está el que se revisen las inconsistencias y los vicios en el procedimiento penal que se le sigue al líder del Movimiento Huasteco Democrático, Saíd López de Olmos.
No le conviene al mandatario que en organismos nacionales o internacionales se sostenga que San Luis Potosí tiene presos políticos. Said se ha caracterizado por ser un luchador social en contra de los latifundios y terratenientes que todavía existen en la Huasteca Potosina.
Para Gallardo, poner en libertad a López de Olmos para que siga su proceso en libertad sería un verdadero acto de justicia y humanidad, lo puede hacer, insisto, es cuestión de voluntad política. Ojalá revise el caso.
Hasta pronto.