DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
Los mexicanos somos testigos y observadores de lo que sucede en el país. Ya lo habíamos remarcado, los campesinos tienen razón cuando exigen mejores precios de garantía para sus productos como el maíz, la caña, el sorgo y el frijol; cuando exigen agua y cuando los transportistas quieren más seguridad, menos extorsiones y mayor movilidad.
De eso no hay duda, aquí el gran problema es que no solo los campesinos exigen justicia para el campo o que los transportistas reclamen mayor seguridad en las carreteras, sino que el conflicto alcanzó mayores dimensiones cuando el tema de los bloqueos se politizó por gente indeseable y porque el gobierno federal no tuvo la capacidad de resolverlo en lo inmediato.
Para la derecha, la ultraderecha, los neoliberales o conservadores, el problema que hoy se enfrenta es motivación y caldo de cultivo para atacar y agredir a una presidenta que hasta ahora, es tiempo que no ha sentado sus reales en el ejercicio del poder.
Atribuible o no a López Obrador, la mandataria Claudia Sheinbaum transita por una etapa dubitativa que esperemos sea superada. Para ella no es sencillo sacudirse de tanto vividor de la política, eso requiere tiempo, prudencia y talento, pero seguro que logrará neutralizarlos.
Quien conoce de medios, de guerras sucias financiadas y orquestadas, saben que es lo que pasa. Unos atrás y otros adelante, lo cierto es que en este movimiento existen intereses perversos que buscan generar una sensación de violencia, represión y de ingobernabilidad en el país, algo muy alejado de la realidad. México no está convulsionado, eso quisieran.
Que Salinas Pliego, TV Azteca, Milenio, Televisa, Grupo Fórmula etcétera, están incidiendo en la conciencia popular no es novedad. Los señores dueños de estos medios siempre han jugado dentro de las reglas del poder y han evadido impuestos, según la opinión de comentaristas decentes o de otros medios menos entreguistas al poder público.
Que atrás de los conflictos agrarios y cierres carreteros que afectan al país están priistas, panistas o perredistas, eso es algo que no solo está comprobado, – se ve, se siente y se observa. Que también está la mano de expertos de la confusión, de alentadores del desastre que operan redes desde otros países y del interior, es algo que si está demostrado.
Si la presidenta se ha tardado en asumir su papel a plenitud, no es porque no quiera o no pueda, lo que sucede es que existen muchos intereses que tratan de impedirlo, pero agárrense el día que lo haga porque más de mil van a temblar, incluyendo a morenos y de otros partidos que sienten que el balón está en su cancha, no se confundan.
Que si la secretaria de Gobernación Rosa Isela Rodríguez se equivocó o se excedió demasiado durante su conferencia de prensa, de eso no hay duda, pero tampoco la pueden linchar. Mucho menos aquellos a quienes exhibió de estar detrás de las movilizaciones. Que le abrió un boquete a la presidenta, pues si, al grado que le corrigió la plana pero estaba en su papel.
ENTRE PARENTESIS
Ni los señores y señoras diputadas acudieron a la invitación del Rector de la UASLP, ni el Doctor Alejandro Zermeño Guerra asistió al Congreso del estado. Estaba cantado. Las cosas nos van por ahí.
Lo más curioso es que hablan de “institucionalidad” y lamentan su ausencia. El día que, tanto el Congreso Local como el Rector de la UASLP se pronuncien por una Universidad Crítica, Científica. Democrática y Popular otro gallo va a cantar.
A poco ya se les olvidó que todo mundo no solo ha mandado al diablo a las instituciones sino que se las pasan por el Arco del Triunfo. Y vaya que los señores diputados, tienen maestro. Hablar de transparencia es como aquel dicho que reza “El burro hablando de orejas”. ¡Por favor!
Hasta pronto





