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Dios mío, creo en ti … pero de lejecitos.

CAMINANTE

Toño Martinez

Cada vez con mayor frecuencia vemos como la gente – o sea nosotros- desesperados por la violencia, salud, carestía, el clima desfasado, los sonsonetes políticos, desempleo, hambre, broncas con los hijos por sus conductas frívolas está elevado los ojos al cielo para suplicar ” Dios mío, ayudame”.
Y compran estampitas de iconos sagrados y colguijes o hacen mil cosas para aparentar una fe que no profesan o entienden a su conveniencia.
Cómo quien dice ” Señor estoy contigo, te respeto, te amo y me comprometo a tenerte siempre a mi lado…pero de lejecitos.
Haber, déjenme hacer un alto antes de que comiencen con sus críticas mordaces tachándome de santurrón, de ” como traerá la conciencia” o que a lo mejor siento pasos en la azotea”, para aclarar que esta columna no lleva ningún fin dogmático sino reflexivo, de analisis sobre una de las tantas conductas en que estamos cayendo estériles, huecas e inútiles.
Las redes sociales están llenas de oraciones, salmos novenas, ‘cadenas’ para determinado fin y larguísimas exposiciones sobre gratitud y compromisos con el Creador de los profesantes de diversas doctrinas, pero que en el fondo solo son actitudes ligth para querer justificar ilusamente que estamos bien y servimos a los propósitos del constructor divino. Nada más falso.
Resulta además que como parte de esa búsqueda de consuelo y esperándote que el Gran Espíritu venga en nuestro auxilio y nos salve de los propios demonios, recomiendan colocar bajo la almohada la estampita del santo de su devoción, el Rosario, un crucifijo y al día siguiente ¡ paf ! las brincas habrán desaparecido, igualito como dice el anuncio ese del ácido hialurónico para quitar las arrugas.
Y ya con eso, pensamos, podemos seguir disfrutando de la vida, sus tentaciones y placeres porque Dios nos librará de todo mal.
Si como no.
Vamos a hacer una simple comparación. Si usted trae una migraña de aquellas que quisiera estar en el lugar más solo y silencioso sin que nadie lo moleste, y pone una Aspirina o Parecetamol bajo su almohada en lugar de tomársela ¿ se va a curar?
Claro que no verdad?
Pues igual pasa con las cosas religiosas, sino vivimos en firme nuestra nuestra relación con el Dios que deseen – no deidad pagana o artificial- sino practicamos sus códigos de conducta – los Diez Mandamientos son un ejemplo – es hacernos guaje y engañarnos.
‘Dios hazme el milagrito y te prometo que ya nomás tomaré cheves 5 veces a la Semana en lugar de siete, o ya no andaré de galán o galana persiguiendo víctimas, que ya no le pegaré a mi vieja o viejo con el cinturon sino con el palo de escoba, platicaré con mis hijos pero de fútbol,) o de películas de YouTube y ya no seré tranza .. pues cuando.
Los milagros empiezan con nosotros, con nuestra actitud y conducta, respeto a las cosas de Dios el gran sociólogo, psicólogo, antropólogo, psiquiatra, consultor, consejero y sanador de más allá de las estrellas y al mismo tiempo ligado estrechamente a nosotros aunque no queramos verlo porque no nos conviene.

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