CAMINANTE
Toño Martinez
Monumentos, esculturas y bustos de personajes, y sucesos en la vida de los pueblos, constituyen un cofre de historia que es justo reconocer para conservar en su importancia o ejemplo para la posteridad.
Desde que el ser humano comenzó su vida gregaria y fue adquiriendo conciencia e inteligencia plasmó primero en petroglifos, pinturas rupestres y monumentos rudimentarios, desde finales del neolítico, acontecimientos que ocurrían en su entorno natural y dedicaban inicialmente a deidades imaginarias.
Estás manifestaciones se fueron convirtiendo en huellas de la historia a través de las cuales arqueologos e historiadores y antropologos se basan para interpretar y conocer culturas ancestrales su cosmovisión, misticismo, y legados.
Otros fueron erigidos en mejoría de protagonistas de actos heróicos y los hay incluso como símbolo de personajes del folclore popular.
San Luis Potosi a pesar de su abundante cantera de hombres y mujeres que han tenido un papel relevante en cultura, política, literatura, artes, liderazgos, ciencia y tecnología registra un vacío en monumentos de reconocimiento a gente ilustre local.
En los municipios raramente existen estatuas o bustos de sus héroes y los pocos son delicados a personajes nacionales como Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Leona Vicario, Josefa Ortiz, José María Morelos, Ignacio Zaragoza, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa Emiliano Zapata…
De los potosinos pocos y en lo absurdo algunos monumental tienen referencias más por apellidos ilustres que por alguna aportación relevante a la sociedad.
La propuesta es entonces que tanto por valor histórico o de heroicidad el Congreso del Estado, la LXIII corrija está falla e impulse una iniciativa para que cada cabecera municipal o poblado importante cuente con un busto, estatua o monumento para sus héroes locales,; que su acción no se pierda en la niebla del tiempo.
Pero mediante una comisión investigadora para prevenir que la iniciativa no sea utilizada para homenajear a un apellido rimbombante pero sin justificación alguna ni políticos ególatras ansiosos de notoriedad.