La mañana del domingo cuatro sujetos ingresaron a la Galería de Apolo en el recinto y en siete minutos sustrajeron joyas de la colección de Napoleón y de la corona francesa
EFE.- El Museo del Louvre estima en más de 100 millones de dólares el valor de las ocho joyas de la corona francesa robadas el domingo pasado en la Galería de Apolo, según informó este martes la fiscal de Francia, Laure Beccuau.
En unas declaraciones al canal RTL, Beccuau aseguró que las investigaciones “avanzan” con la identificación de al menos cuatro personas que entraron en la galería de Apolo, donde se realizó el robo, que calificó de “extremadamente espectacular”.
La fiscal dijo además que “no está descartada” la pista de que una persona de dentro del museo haya ayudado a la banda de ladrones.
Asimismo, Beccuau consideró que los asaltantes “jamás obtendrán esa suma considerable” de 88 millones si deciden fundir o desmontar los objetos.
El crimen del pasado domingo, considerado como el “robo del siglo” por los medios franceses, ha creado una polémica en Francia y una lluvia de críticas hacia la dirección del museo y el ministerio de Cultura, al que critican por no haber protegido suficientemente una de las instituciones más emblemáticas del mundo.
El robo de un conjunto de joyas “de un valor patrimonial e histórico incalculable” se llevó a cabo en apenas siete minutos un comando de cuatro ladrones “profesionales”, pero que perdieron una parte del botín en su huida.
¿Cómo ocurrió el robo en el Louvre?
Llegaron por el flanco sur del museo, el que da al río Sena, en dos motos y en un camión con un montacargas como los que se utilizan en las mudanzas que utilizaron para subir al primer piso y más en concreto a la galería Apolo, en la que entraron dos de ellos después de haber hecho una brecha en el cristal de una ventana con un disco de corte.
Dos de ellos, los que subieron por el montacargas, iban vestidos como obreros con chalecos amarillos.
Una vez en el interior de la galería fueron a las vitrinas de las joyas de la colección de Napoleón y de la corona francesa y se llevaron varias piezas.
En su huida dejaron una parte del instrumental utilizado y, sobre todo, perdieron también al menos una de las joyas, nada menos que la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, la esposa española del emperador Napoleón III (1852-1870), la cual resultó dañada.
Es una corona que lleva mil 354 diamantes y 56 esmeraldas creados para la emperatriz con ocasión de la Exposición Universal de 1855 que tras el cambio de régimen a la III República, en 1870, fue vendida en 1885 por el Estado francés como una forma de liquidar su pasado monárquico y sólo volvió a su propiedad algo más de un siglo después gracias a una donación.