VOCES DE SAN LUIS
Por: Fernando Díaz de León Cardona
Cualquier mortal con razonamiento que observe algunos medios nacionales, podrá darse cuenta de la estrategia y último pataleo del conservadurismo para golpear, desprestigiar y poner en evidencia al sexenio que termina. De una violencia focalizada regionalmente se ha pasado a la apología del crimen.
Esos medios, publican, difunden imágenes y testimonios, haciendo creer que nuestro país se encuentra en llamas. Evidentemente que no pretenden otra cosa que llevar al desprestigio al presidente que termina su mandato con un nivel de popularidad cercano al 80 porciento.
Nadie en su sano juicio podrá afirmar que no existen problemas serios de violencia, pero la pericia con la que transmiten y hablan de manera tendenciosa y perversa algunos conductores, busca instalar la percepción de que nuestro país se encuentra al borde del precipicio.
Las redes sociales han jugado un papel preponderante en la difusión de imágenes que nos colocan ante el mundo como un país en emergencia o decadencia. El más reciente fue la publicación de la agresión sufrida por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita a Veracruz.
Al grito de “Dictador”, decenas de burócratas al servicio del Poder Judicial Federal de aquella entidad, nos solo insultaron al presidente, sino que le arrojaron botellas de plástico con agua. Obviamente que todo fue producto del coraje y rabia que invade a los empleados del PJF por la reciente Reforma ya aprobada y publicada.
Con seguridad, esos empleados agresivos recibieron la consigna de actuar así. Sin embargo, lo que no se justifica ni se comprende es que a AMLO traten a toda costa de etiquetarlo como “Dictador”, término que los grupos de choque enviados desconocen al manifestar su plena ignorancia de lo que esto significa.
Dictaduras perras, antidemocráticas, abusivas y represivas se han presentado en Sudamérica y en otras partes del mundo.
Los asesinatos, el destierro, las violaciones de soldados a mujeres defensoras de la democracia, los encarcelamientos, la ausencia de democracia, la suspensión de las garantías individuales y colectivas y la imposición del Estado de Sitio en países como Uruguay, Argentina, Chile y otros son la más clara descripción de una verdadera Dictadura.
Les recomiendo leer el libro o ver la película “La Casa de los Espíritus” de Isabel Allende, hija por cierto del presidente chileno asesinado, Salvador Allende un 11 de septiembre de 1973 para darse cuenta de lo que realmente significa una Dictadura.
En nada y para nada se parece a lo que ha sucedido en México en este último sexenio. Los balazos y los culatazos han sido para criminales y no para el pueblo u organismos que nunca fueron reprimidos, pese a la beligerancia de algunos grupos que han actuado por consigna.
El pueblo es sabio, es cierto. Yo diría que el pueblo no es pendejo y por ello salió a las urnas el 2 de junio para votar y refrendar su confianza a un gobierno que rompió con todos los paradigmas que caracterizaron lo más nefasto de los gobiernos neoliberales o conservadores, fueran del PRI o del PAN.
Y es hora de que, esa oposición conservadora no lo digiere.
Por lo pronto, AMLO ya se va este fin de semana “a La Chingada”, es decir, – a su rancho así inscrito en Tulum. Se va con más gloria que pena y será la historia, quien habrá de juzgar lo que hizo bien o mal. Por lo pronto ya colocó el segundo piso de la Cuarta Transformación y desde su reposo podrá observar como avanza todo este proceso transformador que impulsó y por el cual lucho la mayor parte de su vida.
Hasta pronto