Toño Martínez
Pocos, muy pocos saben que Xilitla se adelantó 20 años al internet, 10 años a las cámaras de videovigilancia y como 40 al uso del Whatsapp y todo sin aplicación de tecnologías de la informática, espionaje y comunicación único, aunque mas antiguo, que eso si, costaba, y creó un negocio bastante lucrativo sin estudios de mercadotecnia.
El mérito de esa industria de comunicación en el Pueblo Mágico, se debe a un personaje panzón, alto, cara enchilada, que vestía camisa blanca o floreada y pantalones oscuro que se dedicaba a vender especias para cocinar como pimienta, clavo, cominos, orégano, bicarbonato, canela en bolsitas pegadas a tablas de cartón, al que le decían Panino.
No se le conocía familia; algunos decían que era hijo de un italiano de apellido Panini (luego le quitaron la “i” y le agregaron la “0”) que vivió un tiempo en el pueblo, hizo su travesura con alguna autóctona y para no hacerse responsable se fue a Venecia para disfrutar de las góndolas antes de que naciera Panino.
Con sus bolsitas de especias, Panino recorría comercios como tiendas, changarros o tendajones de la comarca allá por finales de 60’s y década de los 70’s y eso le servía para enterarse de chismes al por mayor.
Un día, Panino se entero que la hija de un rico comerciante de Xilitla se veía a escondidas con un muchacho pobretón de huarache y calzon de manta; la vio, la siguió sin hacer ruido escondiéndose en la maleza y trepado un en un árbol vio como daban rienda suelta a su amor.
Ni tardo ni perezoso Panino corrió a chismearle al papá de la muchacha y este, aunque estaba furioso le dió una buena propina.
En ese momento surgió el negocio de la informatica y comunicación rústica para Panino, que se dedicó a investigar amoríos pecaminosos y otras cosas, oculto en los árboles y se los llevaba a los afectados o traicionados a cambio de propinas jugosas.
Panino se adelantó a la tecnología del espionaje y chisme, le fue retebien y vivió feliz y contento.
