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No nos espantemos

DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

En una elección federal ordinaria, a veces concurrente con comicios locales, a los potosinos se nos entregan boletas para elegir a un presidente de la República, a 3 Senadores y 3 suplentes; a 7 diputados federales y 7 suplentes. A estos, sumemos los legisladores de partido por circunscripción.

Elegimos a un gobernador, a 15 diputados locales de mayoría y 12 plurinominales o de representación proporcional, – es decir, a  27 legisladores más sus suplentes Tan solo en San Luis Potosí, Votamos por 56 presidentes municipales y pronto lo haremos por 59.

Todos los Ayuntamientos, – en promedio, contienden con planillas que son de elección popular para elegir mínimo a 56 síndicos con su respectivo suplente y por lo menos 8 regidores titulares más sus suplentes esto en cada Ayuntamiento del estado potosino.

Si le echamos números, estamos hablando de una muy buena cantidad de cargos que se someten al escrutinio popular, es decir, – cerca de 600 personas electas, hombres, mujeres, binarios o de otra especie, vaya usted a saber, se someten al voto popular.

En su inmensa mayoría, a esas más de 500 figuras que se registran ante la autoridad electoral, solo sus cuates o en sus casas los conocen. Que nadie nos venga a decir que son todos populares, conocidos o bien picudos. Los conocen sus padrinos, sus compadres o los respectivos partidos porque son quienes los proponen, pero nada más.

Desde luego que a los aproximadamente 70 jueces y 18 magistrados locales que se elegirán en su momento, muy pocos los conocerán y no por ello se impedirá que se sometan a la voluntad del pueblo. ¿A poco los actuales son conocidos por el populacho? Para nada.

En el ámbito federal andamos mas o menos por las mismas y apuesto doble contra sencillo que muy, – pero muy pocos, son conocidos entre la tropa popular. Los conocerán los abogados o litigantes porque están en la esfera de su chamba, pero nada más.

Bueno, en su casa y círculo familiar sí porque a veces ni en los fraccionamientos donde viven puesto que de ese tamaño es el miedo a que se sepa de su paradero entre la delincuencia organizada y desorganizada.

Visto en perspectiva, no nos debe entonces sorprender ni mucho menos espantar de que seremos nosotros quienes elijamos a nuestros jueces y magistrados federales y locales en poco tiempo.

Que ello va a tener un costo económico, pues sí, claro que sí, la democracia cuesta. Aquí lo importante es que los demonios no se suelten y quieran imponer a sus cuates.

En calidad de mientras, el Congreso local tiene la responsabilidad de empatar los nuevos preceptos constitucionales federales con los estatales en materia de Reforma Judicial.

Para ello tienen que empezar y concluir en un término de 5 meses y cuentan como plazo para armonizar todo el proceso de reforma que se está dando hasta antes del 2027.

Solo esperemos que nuestros diputados hagan las cosas bien, sin dados cargados, sin aceleres ni protagonismos.

ENTRE PARENTESIS

Este viernes nos visita la presidenta Claudia Sheinbaum. Bienvenida sea y ojalá ponga orden entre sus huestes, es imprescindible que lo haga.

Hasta pronto

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