Los Reds ya le sacan una ventaja de 11 puntos al Arsenal, su más cercano perseguidor, cuando todavía les faltan 11 partidos por disputar.
EFE.- Imparable toda la temporada, protagonista de 25 goles y 16 asistencias, pendiente aún de su futuro, Mohamed Salah parece que ha resuelto la Premier League para el Liverpool, escuadra que venció 0-2 al Manchester City, lo que disparó a los Reds en el liderato hasta una ventaja concluyente de 11 puntos sobre el Arsenal, que ya parece definitiva.
El delantero egipcio arregló el asunto. Le bastaron dos chispazos suyos y de su equipo en el primer tiempo. Tan sencillo en apariencia, tan extremadamente complejo en la realidad, por más que enfrente siga a la deriva el Manchester City, el vigente campeón, que cedió su corona de la pasada campaña hace tiempo, transformado en un rival más que vulnerable.
El primer gol pertenece a la innovación y a la estrategia a balón parado: el servicio raso al primer palo de Alexis Mac Allister, el toque de primeras en diagonal el centro del área de Luis Díaz y el remate tan cómodo de Salah a los 14 minutos en el estadio Etihad para enfilar el vigésimo título de Liga de su historia.
La precisión es irrebatible, la ejecución tampoco admite duda. Nada que ver con cómo defendió la jugada el Manchester City, expuesto a un daño que se intuyó rápidamente, con todos sus futbolistas a contracorriente del balón y de la pizarra de los Reds. Tiene mérito el gol como demérito el equipo local, que se enteró tarde de todo.





