DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
O el PRI modifica sus formas de hacer política o se harán pedazos entre ellos. No hay más. El nombramiento de Alberto Rojo Zavaleta, como secretario Técnico del Consejo Político Estatal molestó y desencantó al priismo potosino.
¿Cuál es el afán de Sara Rocha Medina en incluir y sostener a personajes siniestros e indeseables? Solo ella lo sabe. Pese a que anticipadamente había un abierto rechazo a este personaje que tiene antecedentes lamentables lo instaló en el cargo.
Finalmente, su nombramiento con calzador en el CPE, a lo mejor no es lo más relevante del tema. Aquí el problema es que Sarita quiere a toda costa manejar al partido como se acostumbró en otros tiempos, a su antojo y a su modo.
Lo que digan Ángel Castillo Torres u Oscar Bautista Villegas, a lo mejor no tiene importancia o trascendencia, a fin de cuentas, son de la misma morralla, pero no dejan de ser voces importantes hacia el interior del tricolor.
El solo hecho de que el priista Enrique Galindo Ceballos, actual presidente municipal y, tal vez, la voz más autorizada para opinar sobre la estructura y dirección del partido haya abandonado la sesión del Consejo Político Estatal, anticipa otras cosas.
Si Sara Rocha se empeña en permanecer al frente del CDE y Alejandro “Alito” Moreno no deja el control del PRI estatal a otros, simplemente nada tendrá que hacer en 2024. Alejandro debe entender que se equivocó y que la cosas no eran por ahí.
Si a la dirigencia nacional y estatal no les basta el hecho de que figuras como el exgobernador priista Horacio Sánchez Unzueta; el exsecretario de gobierno Amado Vega Robledo y Nazario Pineda Vargas, ex titular de la SEDARH están jugando y promoviendo a Xóchitl Gálvez, pues entonces solo Dios sabe en qué planeta anden.
A los tres los podrán señalar de traidores, pero ingenuos no son, al contrario. Son hombres formados en la política y toda coyuntura les es propicia para aparecer y ser, para eso están hechos, para eso se prepararon.
Ya se mueven por todo el estado y la más beneficiada de todo el desmadre que se traen en el PRI local y nacional será la candidata por el Frente Amplio por México Xóchitl “la Pelangochis” Gálvez, obvio.
Si lo que hoy sucedió en el PRI no les mueve, pues seguramente andan en otras dimensiones porque está visto que se augura una gran debacle. Instalar a huevo a un Consejo Político Estatal y a un secretario Técnico a modo no es rentable.
Claro que no es novedad, siempre ha sido así, pero no de esa manera, no como lo hizo Sarita y ello se explica el encabronamiento del alcalde Enrique Galindo Ceballos.
Por otro lado, si el CDE del PRI esperaba que el jefe de la comuna aportara algún financiamiento para el partido, pues simplemente “no habrá de piña”. Galindo no va a soltar nada para apoyar a facinerosos o arribistas.
Galindo tiene razón en molestarse porque simple y llanamente se paso por alto que es el priista más destacado y con autoridad moral para opinar. No fue tomado en cuenta. El hacerlo a un lado en las decisiones del partido fue un grave error político que tendrá un alto costo.
Con lo que hoy pasó, no dudemos que el candidato del Frente Amplio por México para una reelección sea Enrique Galindo Ceballos, solo que no será por el PRI. Si las cosas no cambian en poco tiempo, El PAN podría arropar sin problema alguno su candidatura, de hecho, su posición se la debe al albiazul.
Es más, quien puede dudar de que Galindo se ponga la playera Verde. Señales y mensajes los hubo. Ha hecho un buen gobierno. Los presuntos distanciamientos son solo eso. La relación Galindo-Gallardo no es mala ni de rompimiento como se ha querido instalar. Las cosas no son como parecen. Ambos se complementan por un mejor San Luis. ¿O no?
Hasta pronto