EFE.- La fiscal general del Estado de Israel, Gali Baharav-Miara, instó este domingo al Tribunal Supremo de ese país a derogar una ley clave de la reforma judicial impulsada por el gobierno de Benjamín Netanyahu, a pocos días de que la Corte analice las apelaciones presentadas contra la legislación, aprobada en julio.
La fiscal general alertó sobre los peligros que representa para la democracia israelí la ley que anuló la doctrina de razonabilidad, que permitía al Tribunal Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales de acuerdo a si estas eran razonables o no.
“Esta enmienda representa un golpe fatal a los cimientos del sistema democrático“, expresó un comunicado de su oficina, que destacó que Baharav-Miara considera que no hay otra opción que declarar su nulidad.
“La enmienda cierra las puertas del Supremo a toda persona y grupo que pueda resultar perjudicado si el gobierno o uno de sus ministros actúa hacia ellos de una manera extremadamente irrazonable“, agrega el texto, y señala que su aprobación “niega al público un medio importante para defenderse del ejercicio arbitrario del poder por parte del gobierno”.
Baharav-Miara enfatizó además que esta legislación, que modifica una de las 13 leyes básicas de Israel, daña la separación de poderes, el Estado de derecho y los derechos del individuo.
Las declaraciones de la fiscal general llegan a pocos días de la audiencia, prevista para el 12 de septiembre, en la que los 15 jueces que componen el Tribunal Supremo analizarán las apelaciones presentadas contra la ley.
Si bien nunca en la historia del Estado judío el Tribunal Supremo ha intercedido ante una enmienda a una de las leyes básicas, distintos analistas israelíes han destacado que se trata de un caso sin precedentes y que resulta un escenario incierto.
La reforma judicial impulsada por el gobierno de Netanyahu y sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos de coalición busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente afectada.
El anuncio del plan de reforma a comienzos de este año desencadenó un multitudinario movimiento de protesta, que se convirtió en el más grande de la historia de Israel y que registró ayer el sábado número 35 de manifestaciones consecutivas.