DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
No obstante que el proceso electoral para renovar la gubernatura del estado, las 7 diputaciones federales de mayoría, las 27 que conforman el Congreso local, así como las 59 presidencias municipales está lejos, pareciera que ya estamos en plena campaña. La guerra de lodo está en su máxima expresión.
No hay día que los francotiradores o sicarios a sueldo arremetan en contra, ya sea del gobernador del estado, del Congreso local o del alcalde Enrique Galindo Ceballos, y ya no se diga del INTERAPAS, la CEA o la SEDUVOP.
Lo lamentable es, que nadie en la función pública o legislativa asuma su responsabilidad, – bueno, ya hasta la SEDECO, SEGE y el SEER entraron al juego de las maniobras, los cambios y las descalificaciones.
San Luis Potosí parece tierra de nadie. Mientras que MORENA y el PVEM se desgajan la cintura y se mantienen distanciados o confrontados por obra y gracia de coyunturas e intereses políticos futuristas, nuestra entidad ha sido colocada en un lastimoso segundo lugar nacional de prevalencia del narcomenudeo, al fin y al cabo, en este pueblo no pasa nada, todo es bombo y platillo y todo se festeja.
Se carece de inteligencia política y de una visión prospectiva. Todo se reduce a la subcultura de la grilla barata sin que nadie se muestre preocupado o interesado abiertamente en llevar la fiesta en paz. Por el contrario, todo error por mínimo que sea, se magnifica, se vuelve escándalo y se hace escarnio de las instituciones o de los funcionarios públicos involucrados.
Mucho se ha dicho que existe una pugna entre el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona y el alcalde Enrique Galindo Ceballos. Al menos así se demuestra en las denostaciones mal intencionadas o estrategias que apuntan al debilitamiento o a la aniquilación del contrario. Todo se deja a la especulación y a los comentarios perversos que inundan las redes sociales.
Siempre hemos dicho que es bueno que exista la sana rivalidad y la buena competencia entre el gobierno del estado y el gobierno de la capital, porque al final del día, quienquiera que se ponga la medalla lo que se haga para bien favorece al pueblo potosino, desafortunadamente han cruzado la línea con señalamientos y acusaciones que solo conducen a enrarecer más el clima político que padecen los potosinos.
Dicen que a cada santo le llega su fiestecita y al Congreso del Estado ya le llegó. A los legisladores ya se les apareció el demonio. El Meme Garza, por lo pronto ya los reprobó casi a todos y aunque se defiendan por cualquier vía, las y los señores diputados están dejando mucho que desear con su responsabilidad para la que fueron electos.
En el contexto nacional, cada día que pasa se oscurece más el panorama. Pagados o no pagados, enviados o no a hacer señalamientos agresivos; infinidad de personajes buscan incidir en el ánimo popular para desacreditar al gobierno federal. Por lo menos la presidenta Claudia Sheinbaum sale todos los días en la mañanera para aclarar y defenderse.
Aquí, parece que es obligación ocultar lo indefendible. “O estás conmigo o estás contra mí”, suele decirse. Tantito alguien se sale del carril y lo primero que saben hacer es imponer castigos, ningunear, desplazar, demeritar o ignorar los hechos. Quién sabe si El Pollo esté enterado de todo lo que se mueve atrás de su imagen; lo dudo y a lo mejor cree que todo marcha bien.
“El gobernador y su gabinete sale y se ve a toda madre todos los días”, aunque la interlocución cuyo propósito debe ser legítima, clara y objetiva pasen las de Caín hasta seis meses o un año sin ver nada claro, y todo porque luego dicen que con que se divierten cuando se les cuestiona.
Con criterios raritos, cambios constantes en las titularidades de las dependencias y con determinaciones sobre las rodillas, dejan suelto todo para que la mediocridad y la burocracia se apodere de decisiones pensadas con el intestino. Ni modo, suele pasar, todo se tolera y porque así se decidió.
Hasta pronto