Puente del “Arroyo de las Cruces” un pantano de seres tenebrosos.

Toño Martinez

A menos de un kilómetro del libramiento Poniente, donde inicia el Circuito Caminero Indígena o Tenek se encuentra el “Arroyo de las Cruces” y un puente con barandales tubulares que alguna vez fueron color amarillo, junto a los restos de otro puente de concreto que fue el primero en dar acceso a la circulación vehicular, pero se inundaba en tiempo de lluvia y la Junta Estatal de Caminos construyó el otro.
El arroyo se ubica a menos de 200 metros del que fuera el basurero municipal y por lo mismo durante muchos años recibió escurrimientos y lixiviados altamente tóxicos compuestos por desechos de toda clase, desde basura común hasta hospitalarios y bioquímicos.
Sus aguas con corriente solo en temporada de lluvias forman un pantano negro semi oculto por cierto tipo de maleza, helechos y ramas de sabinos que por alguna razón se han adaptado a ese ambiente contaminado.
El lugar es lúgubre a simple vista, y a lo largo de los años han surgido historias sobre extraños entes que habitan bajo el puente y se aparecen de vez en cuando a personas que en automóvil, motocicleta, o bicicleta regresan a su casa en las comunidades indígenas después de trabajar en la ciudad, o que vuelven a Valles.
Una de las evidencias más contundentes sobre un encuentro con un ente monstruoso del pantano fue el que vivió David, un distribuidor de conocida marca de pan que visita la zona indígena.
Era un martes y a David se le hizo tarde para regresar temprano por la cantidad de comercios que visitó y un desperfecto en una llanta del camión que tripulaba.
Tras la reparación tomó por el camino a la ciudad y llegó a la altura del puente del “Arroyo de las Cruces” en el momento de la penumbra, es decir cuando termina el día y las sombras de la noche comienzan a envolverlo todo.
Al cruzar por el puente, con las luces del camión descubrió la figura de un niño de unos 5 años que estaba sentado en cuclillas en la orilla del carril sur mirando hacia el pantano.
David zigzagueo para no atropellar al pequeño y continuó su camino. Sin embargo la curiosidad lo hizo reflexionar porque no era lógico que un niño estuviera en ese lugar; prendió las luces intermitentes del vehículo y regresó de reversa para ayudarlo.
Bajó de la unidad y se acercoó al pequeño para preguntarle si quería que lo trajera a Valles o donde vivía,
Pero no contestaba, ni siquiera levantaba la cara.
David se acercó más y cuando estaba a unos pasos el presunto niño volteo a mirarlo con un rostro demoníaco, tenia un agujero en lugar de boca del cual salían dientes largos y afilados y por nariz un hueco.
Era una aparición impresionante y David retrocedió aterrado.
Entonces el ente hizo movimientos como para atacarlo pero enseguida pego un chillido espeluznante, se colocó sobre manos y rodillas como un animal y corrió dando saltos hasta llegar a la entrada del puente y bajó hasta perderse entre la maleza rumbo al pantano que parecía “boca de lobo”.
El vendedor de pan cayó hincado sobre el asfalto y comenzó a rezar el Padre Nuestro. Luego temblando subió al camion y aceleró hasta llegar a Valles.
Pero eso si, pidió a la empresa que lo cambiaran de ruta y se lo concedieron maxime que su estado de salud se deterioraba rapidamente
Qué se esconde en el “Arroyo de las Cruces”?

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