DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
Si no ocurre algo extraordinario, este fin de semana podría salir humo blanco en el PVEM para definir quien será la o el abanderado para contender por la alcaldía de la capital potosina.
Formalmente hubo dos registros: Sonia Mendoza Díaz y Gilberto Hernández Villafuerte que cerró bien, a regañadientas pero bien, sin embargo, todo puede suceder. En política nada está escrito y no siempre lo que parece es.
Evidentemente que la decisión la tomará no el partido al que pertenecen los dos aspirantes, sino el gobernador del estado José Ricardo Gallardo Cardona.
Solo El Pollo sabe a que le juega y cualquiera que sea la definición, marcará el rumbo que tomará la elección para la presidencia municipal. Gilberto lleva en la frente la “G” de gallardista y Sonia la “P” de panista.
Si Hernández Villafuerte resulta ser el candidato, no la tendrá fácil frente a Enrique Galindo que es un hueso difícil de roer, ya lo demostró al ir un paso adelante en todo.
Si es Sonia, lo más probable es que el mandatario potosino, con presunta encuesta en mano, sea la candidata; en la inteligencia de que una eventual derrota para el 2 de junio se convierta en un escenario real.
Solo el gobernador sabe a qué le apuesta.
Con la definición de candidatos a Diputados Federales por MORENA; en el Distrito de Matehuala de donde es Sonia Mendoza, es impensable que busque la reelección, a menos que la manden de postulante a la diputación local.
Por su lado, Gilberto Hernández no tendría problema alguno en reelegirse como diputado federal por su distrito. Todo puede suceder, – por ejemplo, – nadie se imagina a Juan Carlos Valladares ande de damo de compañía de Ruth González Silva.
Todo en política puede presentarse. Si Valladares es la carta del gobernador, seguramente estará pensando en el apoyo que podría recibir de los principales grupos del poder económico.
No le estorbaría. Su candidatura no le costaría mucho y no sería un riesgo para el proyecto 2027 donde está mas que apuntado José Guadalupe Torres Sánchez, actual secretario General de Gobierno.
Cualquiera que sea la o el candidato del PVEM, – ya lo dijimos, será una aventura vencer a Enrique Galindo Ceballos.
Y como la política es tan impredecible y perversa, ¿Quién podría dudar que el verdadero gallo del gobernador sea el propio Galindo?
A como están las cosas en este estado, – todo, absolutamente todo, puede ocurrir, ya una vez Galindo se puso la chamarra Verde, aunque otros de plano la han rechazado.
La herencia maldita está presente, es tan real y tangible en el actual gabinete que todo puede pasar, hasta lo inimaginable. A veces nadie se lo explica, pero ahí está.
En fin, nadie merece un desaire o que se le engañe, menos que se le pretenda utilizar. Las estructuras gallardistas deberán recibir una buena explicación de la determinación que se tome.
Si no se hace, habrá quienes se sientan defraudados y simplemente no saldrán a votar. Tanto Sonia o Gilberto son maduros y sabrán que la política así es, que así se juega y sabrán que hay tiempos de tronar cohetes o de recoger varitas.
Aquí lo importante es que no se los lleven entre las patas de los caballos, de tal suerte que, dependiendo de la decisión que se tome, se debe encontrar y difundir bien una salida digna y decorosa si es que hay un caballo negro.
Si no lo hay, o no está en la perspectiva del Pollo, pues entonces habrá que tratar de salir bien para lograr un papel decoroso.
Hasta pronto